Elliott Erwitt es un fotógrafo
estadounidense de orígenes franceses que nació en 1928 y cuya labor fotográfica
no ha llegado todavía a su fin. Ha sido un artista muy polifacético que ha
sabido introducir las diferentes experiencias de su vida a su trabajo para
enriquecerlo más y para ayudarnos, y ayudarse, a evolucionar y ser capaces de
ver la ida desde otra perspectiva. Desde los 40 le interesó la fotografía y
pronto se hizo un hueco en el mundo comercial, aunque cuando estalló la guerra
en Corea, debido a que inició el servicio militar, fue destinado a Francia,
donde realiza fotografías de los barracones y nos muestra la cara más sincera y
curiosa de los soldados y su vida en el frente. Unas fotografías simpáticas que
compiten con los retratos más duros de la guerra y el desfallecimiento de la
esperanza, realizando fuertes críticas sociales y solidaridándose con la
sociedad del momento.
Cuando vuelve del campo de batalla es llamado a formar
parte de la prestigiosa Magnum Photos y a partir de los 60 se pasa en gran
parte al cine, y fotografía a personalidades importantes del momento como pueda
ser Marilyn Monroe, Richard Nixon, Che Guevara o Jacqueline Kennedy.
Aunque su obra es extensa, casi lo más conocido de él son sus fotografías
de perros, donde combina el sentido del humor y el ingenio con los distintos
ángulos de cámara para lograr composiciones que no te dejan indiferente. Son
fotografías que te sacarán una sonrisa lo quieras o no y que lleva al extremo
eso de que todos los perros se parecen a su dueño.
Espero no haber sido la única a la que le ha costado ver, en la primera
fotografía, que en realidad el perro está sentado sobre la mujer. Aunque
supongo que ahí radica la agudeza de estas creaciones; no dejan de
sorprenderme.
Aunque Erwitt tiene este lado simpático e irónico, también
hemos visto su lado más crítico y algo sensible. Me gustaría poner otras
fotografías suyas que dejan de lado esa seriedad y humor sarcástico, pero que
no dejan de tener ese punto "Elliott".
Elliot es un maestro que sabe discernir perfectamente
cuándo puede ser serio y cuándo no, cómo usar su crítico ingenio y que nos hace
partícipes de su particular sentido del humor, haciendo que, instantáneamente,
nos caiga bien. En mi opinión, esa una facultad bastante envidiable.
Según él, la fotografía es realmente
muy sencilla y no tiene grandes secretos. Creía que la única forma de ser un
buen fotógrafo era hacer y hacer fotografías. No creo que la fotografía esconda
"grandes secretos", depende más bien de quién mire a través del
objetivo.
Un saludo.